El deporte en Educación Infantil: una actividad para cada niño/a

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La práctica de deporte en Educación Infantil es imprescindible. La infancia y el deporte deberían caminar siempre de la mano. La actividad física ayuda a los niños y a las niñas a crecer sanos y a desarrollarse física y mentalmente, previniendo problemas de salud como el sobrepeso o la obesidad, y mejorando patologías como el asma. Asimismo, el deporte favorece la corrección de determinadas posturas, fortalece la musculatura y activa el sistema inmunológico del menor. 

Si bien, los beneficios de la práctica deportiva van mucho más allá, pues, a través del deporte, se promueven valores importantes como la humildad, el respeto, el esfuerzo, la responsabilidad o el trabajo en equipo. Además, se generan buenos hábitos en los niños y las niñas, que aprenden a desarrollar habilidades sociales (liderazgo, buena comunicación, tolerancia al fracaso…). El deporte es capaz de disminuir el estrés en los/as pequeños/as, potenciar su capacidad de atención y mejorar su autoestima, pues aprenden a superar retos y desafíos. 

El deporte como un juego

Para la población infantil, el deporte debe ser visto como un juego, como un momento de disfrute y diversión. Los niños y las niñas deben encontrar un deporte que les guste, con el que se sientan cómodos/as; deben estar motivados, pues nunca se debe imponer una actividad deportiva. Al principio, puede que les cueste coger el ritmo, solo es cuestión de tiempo. En este sentido, el apoyo y la confianza de los padres y educadores va a ser determinante. No debemos olvidar la función primordial del deporte en la etapa de Infantil: el deporte para educar, no educar para el deporte. 

¿Qué deportes elegir a partir de los 3 años?

A los tres años, los niños y las niñas desbordan energía y movimiento. Y, aunque a menudo pierden el interés muy rápido en la mayoría de las actividades, cuando encuentran una que les apasiona, se adentran en ella completamente. Podemos comenzar a trabajar con ellos/as la paciencia, la concentración y la constancia. 

Gimnasia

La gimnasia es ideal para los más pequeños, que ven el ejercicio como un juego. Se trata de ofrecerles actividades variadas y, sobre todo, divertidas; hacerlos caminar, correr, gatear, reptar, saltar y escalar. También se pueden incorporar objetos y materiales que boten, rueden, puedan ser lanzados… De esta manera, se potencia su desarrollo sensorial y psicomotor, trabajando la coordinación y el control de su propio cuerpo. 

Es aconsejable introducir la música al ejercicio, escogiendo ritmos acordes a cada actividad. Siempre se deberá primar la seguridad, mediante el uso de colchonetas, y los tiempos de cada niño. No olvidemos que el deporte siempre debe ser lúdico y gradual.

Natación

Es considerado uno de los deportes más completos, indicado para personas de todas las edades. Fortalece la musculatura de la espalda, favorece la coordinación, mejora la resistencia física, favorece la formación ósea, relaja y abre el apetito. En definitiva, la natación es capaz de mantener un óptimo estado de salud general, además de estimular su autoconfianza y consolidar los vínculos de afecto con sus padres, en caso de que se tome como una actividad familiar. 

Danza

El ballet es una actividad que precisa de altas dosis de concentración, flexibilidad, coordinación y ritmo musical, por lo que es necesario que empiece a practicarse desde edades muy tempranas (3 o 4 años). La danza desarrolla la psicomotricidad, ayuda a corregir problemas de “pie plano”, estimula el sistema respiratorio y desarrolla la expresión corporal, el oído y la memoria; además de fomentar la disciplina, ayudar a socializar y desplegar la sensibilidad de los niños y niñas. 

Los mejores deportes a partir de 4 años

A partir de los 4 años, los/as pequeños/as presentan un mayor desarrollo muscular y, por consiguiente, más fuerza y resistencia física. Además, son capaces de practicar una actividad durante más tiempo sin perder el interés ni cansarse. Suelen preferir deportes que impliquen más acción o que les supongan un desafío; y muestran más paciencia y esfuerzo.

Patinaje

El patinaje siempre está de moda, pues es una experiencia saludable y divertida. Si un/a menor muestra interés en los patines, es importante apuntarle a clases que le enseñen habilidades básicas de desplazamiento que le permitan ir adquiriendo equilibrio y destreza. De esta forma, ganarán en seguridad y aprenderán a caer para evitar lesiones importantes. 

El patinaje fortalece la musculatura de las piernas, incrementa la resistencia, fortalece el corazón y desarrolla la concentración y el control, entre otros muchos beneficios. Si bien, es muy importante instruir a los niños y las niñas desde un primer momento sobre las normas de seguridad como el uso de casco y protecciones de las extremidades; además de enseñarles conceptos básicos sobre educación vial. Esta actividad siempre requiere de la supervisión de un adulto. 

Yoga

El yoga requiere de cierto grado de concentración, por lo que esta edad es ideal para comenzar a practicarlo. A los cuatro años, los/as pequeños/as tienen más paciencia y pueden imitar mucho mejor los movimientos y ejercicios de respiración. 

Esta actividad, además de ejercitar su cuerpo y mejorar la elasticidad y el tono muscular, les enseña a tranquilizarse, a gestionar su frustración y eliminar el estrés cotidiano; evitando las rabietas. 

Esquí

El esquí supone un gran disfrute para los más pequeños/as, ya que, al realizarse en grupo y al aire libre, fomenta el vínculo del niño/a con el escenario natural y con sus familiares o amigos. A nivel físico, fomenta el equilibrio y fortalece la musculatura. 

¿Qué actividades escoger a partir de los 5 años?

Karate

Aunque se puede empezar a partir de los tres años, es preferible comenzar cuando los niños y las niñas sean un poco mayores, normalmente a partir de los cinco años. Se trata de un deporte muy completo, tanto a nivel físico como mental. Además de su utilidad como método de defensa personal, los/as pequeños/as se divierten mientras mejoran su coordinación psicomotriz, desarrollan el equilibrio y la flexibilidad, descargan energía y trabajan sus destrezas y reflejos. Asimismo, el karate transmite valores fundamentales como respeto, educación y disciplina, además de favorecer la concentración y la autoconfianza. 

Tenis

Los expertos recomiendan comenzar a practicarlo a partir de los 5 años, cuando los niños y las niñas ya tienen un control mayor de sus movimientos. Además de los beneficios físicos (tonificación de la musculatura, desarrollo de la coordinación y la motricidad, estimulación de la agilidad y la capacidad aeróbica, etc.), se encuentran las virtudes psicológicas como el incremento de la autoestima, el fomento de las habilidades sociales y el desarrollo de un pensamiento táctico-estratégico. Puede practicarse al aire libre o en un polideportivo. 

En definitiva, sea cual sea el deporte elegido, lo importante es que el deporte no sea visto por el niño y la niña como una obligación, sino como un momento de diversión y placer. Es importante no abusar del tiempo dedicado a cada deporte, sino compaginarlo con otras actividades como jugar, hacer los deberes, compartir con la familia o, simplemente, descansar. Por último, no debemos olvidar crear en el niño/a un sentido de competitividad íntegro; igual de importante es saber ganar, como perder.