Qué es la pedagogía activa y cómo aplicarla en el aula de Infantil
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En la etapa de Educación Infantil, el aprendizaje se construye a través del juego, la exploración y la curiosidad. Los/as niños/as descubren el mundo con todos sus sentidos, y el aula se convierte en un laboratorio vivo donde cada experiencia deja huella. En este contexto, la pedagogía activa se ha consolidado como un enfoque educativo clave para promover aprendizajes significativos, respetuosos y centrados en el desarrollo integral del alumnado.
Cada vez más docentes buscan propuestas metodológicas que pongan a la infancia en el centro, que respeten sus ritmos y que fomenten la autonomía desde los primeros años. En este artículo exploramos qué es la pedagogía activa, cuáles son sus principios fundamentales y cómo aplicarla de forma práctica en el aula de Infantil.

¿Qué es la pedagogía activa?
La pedagogía activa es un enfoque educativo que sitúa al alumnado como protagonista de su propio aprendizaje. Se basa en la idea de que aprender no es repetir contenidos, sino experimentar, investigar, crear y participar. Por ello, las metodologías activas promueven procesos en los que las niñas y los niños construyen conocimiento a partir de sus intereses, preguntas y vivencias.
Este enfoque tiene raíces en las teorías de grandes figuras de la educación, como Montessori, Freinet, Dewey, Decroly o Piaget, quienes defendieron que la infancia aprende a través de la acción, el juego y la interacción con su entorno.
En la pedagogía activa, el rol docente cambia: de transmisor de contenidos pasa a ser guía, acompañante y observador, diseñando propuestas que favorezcan la autonomía y el pensamiento crítico desde edades tempranas.
Principios fundamentales de la pedagogía activa

Aunque existen distintas corrientes dentro de la pedagogía activa, comparten varios principios clave:
Aprendizaje significativo
El alumnado aprende mejor cuando los contenidos tienen sentido para ellos. Las actividades se conectan con sus intereses, vivencias y necesidades reales.
Autonomía y libertad responsable
La infancia necesita espacios para tomar decisiones, experimentar y equivocarse. La pedagogía activa promueve la autonomía mediante actividades abiertas, materiales manipulativos y rutinas que facilitan la autorregulación.
Rol activo del alumnado
Los/as niños/as no son receptores/as pasivos. Investigan, exploran, formulan hipótesis, colaboran y crean.
Aprendizaje a través del juego
El juego es el motor del aprendizaje en Infantil. A través del juego libre y del juego dirigido, el alumnado desarrolla creatividad, habilidades sociales, lenguaje y pensamiento lógico.
Ambiente preparado
El ambiente es fundamental. Los espacios y materiales se organizan para que el alumnado pueda acceder a ellos de forma autónoma y segura, favoreciendo la exploración.
Evaluación continua
La evaluación es formativa, basada en la observación directa, el seguimiento de procesos y el registro de avances.
Beneficios de aplicar la pedagogía activa en Educación Infantil
Implementar la pedagogía activa en el aula de Infantil aporta numerosos beneficios para el desarrollo integral del alumnado. Entre ellos destacan:
- Mayor motivación y participación.
- Desarrollo de habilidades socioemocionales.
- Fortalecimiento de la autonomía.
- Mayor creatividad y pensamiento crítico.
- Mejor comprensión del entorno.
- Mayor capacidad para resolver problemas.
- Impulso del lenguaje y la comunicación.
Cuando la infancia participa activamente en su proceso de aprendizaje, se sienten valoradas y capaces, lo que impacta directamente en su autoestima y bienestar.
Cómo aplicar la pedagogía activa en el aula de Infantil

La pedagogía activa no es una metodología cerrada, sino un marco que puede adaptarse a cada docente, grupo y contexto. A continuación, presentamos estrategias concretas para llevarla al aula de Infantil.
Crear un ambiente preparado y accesible
El aula debe convertirse en un espacio seguro, estimulante y adaptado a la altura, intereses y necesidades del alumnado.
Elementos esenciales del ambiente preparado
- Zonas diferenciadas (lectura, arte, experimentación, construcción, juego simbólico).
- Materiales manipulativos accesibles.
- Espacios que permitan el movimiento libre.
- Mobiliario ajustado a la infancia.
- Elementos naturales (troncos, piedras, conchas, hojas).
Un ambiente ordenado y accesible favorece la autonomía y el aprendizaje espontáneo.
Incorporar el juego libre como pilar pedagógico
El juego libre permite que el alumnado explore, imagine, negocie y construya significados sin una dirección externa. Es una herramienta central en la pedagogía activa.
Recomendaciones
- Garantizar tiempo diario de juego libre.
- Ofrecer materiales no estructurados (piezas sueltas, telas, cajas).
- Observar sin intervenir, salvo que sea necesario.
- Registrar interacciones, conflictos y aprendizajes.
Diseñar propuestas abiertas y manipulativas
Las actividades abiertas permiten que el alumnado encuentre múltiples formas de resolver una situación.
Ejemplos de propuestas activas
- Mesas de experimentación con agua, tierra o arena.
- Bandejas sensoriales.
- Materiales de secuenciación, clasificación y conteo.
- Talleres de arte con materiales naturales.
- Provocaciones o “invitaciones al juego” que despierten la curiosidad.
Este tipo de actividades facilita la autonomía, la creatividad y la toma de decisiones.
Integrar proyectos de trabajo
El aprendizaje basado en proyectos es una de las metodologías más utilizadas dentro de la pedagogía activa, porque permite investigar temas de interés real.
Cómo implementarlo
- Partir de una pregunta del alumnado.
- Registrar sus ideas y conocimientos previos.
- Diseñar actividades de investigación, experimentación y creación.
- Invitar a las familias a participar aportando información o materiales.
- Realizar un producto final (murales, maquetas, exposiciones).
Los proyectos fomentan la investigación cooperativa y el desarrollo del pensamiento crítico.
Promover la autonomía a través de rutinas y responsabilidades

Las rutinas son fundamentales para que el alumnado se sienta seguro y pueda autorregularse.
Ejemplos de rutinas activas
- “Yo puedo solo/a”: ponerse el abrigo, recoger materiales, preparar la mesa.
- Rincón de calma para gestionar emociones.
- Asambleas diarias para organizar el día.
- Tareas de cooperación (regar plantas, repartir materiales).
La autonomía no es un objetivo final, sino un proceso que se acompaña.
Practicar la observación activa
Observar permite comprender los intereses, ritmos y necesidades del alumnado. Es una herramienta clave en la pedagogía activa.
Sugerencias para observar de forma eficaz
- Registrar acciones concretas.
- Evitar interpretaciones superficiales.
- Tomar notas durante el juego libre.
- Identificar patrones de comportamiento.
La observación permite ajustar las propuestas y garantizar una atención personalizada.
Incorporar la naturaleza como entorno educativo
La educación al aire libre forma parte de muchas corrientes de pedagogía activa.
Ideas para llevar la naturaleza al aula
- Salidas regulares a parques o entornos naturales.
- Huertos escolares.
- Actividades de exploración sensorial.
- Recolección y clasificación de elementos naturales.
El contacto con la naturaleza favorece la calma, la curiosidad y el bienestar emocional.
Evaluación formativa y respetuosa
La evaluación en pedagogía activa debe centrarse en el proceso, no en el resultado.
Herramientas útiles
- Portafolios.
- Fotografías y vídeos.
- Diarios de aula.
- Rúbricas descriptivas.
- Conversaciones individuales.
Evaluar sin prisas, respetando los ritmos, permite acompañar el desarrollo de manera más efectiva.
Ejemplos reales de aplicación de la pedagogía activa
A continuación, presentamos algunas experiencias habituales en aulas de Infantil que aplican este enfoque:
- Rincones Montessori. Espacios donde el alumnado manipula materiales específicos para desarrollar la concentración, la coordinación y el pensamiento lógico.
- Clases sin sillas durante el juego libre. Favorecen el movimiento, la creatividad y la cooperación.
- Talleres inspirados en Reggio Emilia. Propuestas artísticas que trabajan luz, sombra, color, texturas y sentidos.
- Proyectos de investigación espontánea. Por ejemplo, aprender sobre insectos después de descubrir una mariquita en el patio.
Estas prácticas reflejan cómo la pedagogía activa convierte el aula en un espacio vivo, donde aprender es una experiencia emocionante.
Conclusión: una pedagogía activa para una infancia activa
Aplicar la pedagogía activa en Infantil significa respetar la esencia de la infancia: curiosidad, movimiento, juego y deseo de aprender. Significa confiar en su capacidad para investigar, expresar, crear y relacionarse. Significa acompañar con sensibilidad, observación y apertura.
Cuando el profesorado adopta este enfoque, el aula se transforma en un espacio donde cada niña y niño se siente protagonista de su aprendizaje. La pedagogía activa no es una tendencia, sino una forma de entender la educación con una mirada más humana, autónoma y significativa. En EDOCENTES, acompañamos a docentes que desean transformar su práctica educativa.

