El uso de los «cien lenguajes» en la expresión infantil según Reggio Emilia
eDocentes
Docencia
Tabla de contenidos
La pedagogía Reggio Emilia, originada en Italia tras la Segunda Guerra Mundial, ha revolucionado la educación infantil al reconocer y valorar la diversidad de formas en que los niños expresan su comprensión del mundo. Central a esta filosofía es el concepto de los «cien lenguajes», una metáfora que celebra las múltiples maneras en que los niños pueden comunicarse y aprender. Este artículo explora la esencia de los cien lenguajes, su aplicación en el entorno educativo y su impacto en el desarrollo infantil.
Origen y significado de los «cien lenguajes»
El término «cien lenguajes» proviene del poema «No way. The hundred is there» de Loris Malaguzzi, fundador del enfoque Reggio Emilia. En este poema, Malaguzzi enfatiza que los niños poseen innumerables formas de expresión:
«El niño tiene cien lenguajes (y cien cien cien más)…»
Esta idea desafía la noción tradicional de que el aprendizaje se centra únicamente en la lectura y escritura, resaltando en cambio la riqueza de medios como el dibujo, la danza, la música y el juego simbólico.

Principios fundamentales del enfoque Reggio Emilia
Para comprender plenamente el concepto de los cien lenguajes, es esencial familiarizarse con los principios clave de Reggio Emilia:
- El niño como protagonista activo: Se reconoce a los niños como seres competentes y curiosos, capaces de construir su propio conocimiento.
- Aprendizaje en colaboración: Se fomenta el trabajo en grupo, donde tanto niños como adultos aprenden juntos en un proceso de co-construcción.
- El ambiente como tercer maestro: Los espacios educativos se diseñan cuidadosamente para inspirar y facilitar diversas formas de expresión y aprendizaje.
- Documentación pedagógica: Se registran y analizan las actividades de los niños para reflexionar sobre el proceso educativo y hacerlo visible.
Aplicación de los «cien lenguajes» en el aula

Implementar los cien lenguajes en el entorno educativo implica crear oportunidades para que los niños exploren y se expresen de múltiples maneras:
Creación de atelieres y mini-ateliers
Los atelieres son espacios dedicados a la exploración artística y creativa, equipados con una variedad de materiales que invitan a los niños a experimentar con diferentes formas de expresión. Estos talleres fomentan la creatividad y permiten a los niños comunicar sus ideas de maneras no verbales.
Proyectos emergentes basados en intereses infantiles
Los educadores observan atentamente las curiosidades de los niños y desarrollan proyectos que integran múltiples lenguajes de expresión. Por ejemplo, un interés en la naturaleza puede derivar en actividades que incluyan dibujo, modelado con arcilla, narración de historias y representaciones teatrales.
Integración de la tecnología como herramienta expresiva
El uso de herramientas digitales, como cámaras y programas de edición, permite a los niños explorar nuevos medios de comunicación y representación, ampliando su repertorio de lenguajes.
Beneficios de fomentar los «cien lenguajes» en la educación infantil

La valorización de múltiples formas de expresión en la educación temprana ofrece numerosos beneficios:
- Desarrollo integral: Al involucrar diferentes modalidades de expresión, se promueve el crecimiento cognitivo, emocional, social y físico de los niños.
- Fomento de la autoestima y confianza: Al reconocer y valorar sus diversas formas de comunicación, los niños se sienten comprendidos y apreciados, fortaleciendo su autoimagen.
- Estimulación del pensamiento crítico y creativo: La exploración de múltiples lenguajes anima a los niños a pensar de manera innovadora y a resolver problemas desde diferentes perspectivas.
- Inclusión y diversidad: Al ofrecer variadas formas de expresión, se atiende a las necesidades y fortalezas individuales, creando un entorno educativo más inclusivo.
Desafíos en la implementación de los «cien lenguajes»
Aunque el enfoque es enriquecedor, su aplicación presenta ciertos desafíos:
- Formación docente: Es esencial que los educadores estén capacitados para reconocer, valorar y facilitar diversas formas de expresión infantil.
- Recursos y materiales: Proveer una variedad de materiales y espacios adecuados requiere inversión y planificación.
- Evaluación del aprendizaje: Es necesario desarrollar métodos de evaluación que consideren y valoren las múltiples formas de expresión y comprensión de los niños.
El concepto de los «cien lenguajes» en el enfoque Reggio Emilia subraya la riqueza y diversidad de formas en que los niños interpretan y comunican su mundo. Al integrar esta perspectiva en la educación infantil, se reconoce y valora la individualidad de cada niño, promoviendo un aprendizaje más profundo, significativo y auténtico. Para los educadores y familias, abrazar esta filosofía implica un compromiso con la escucha activa, la observación atenta y la creación de entornos que celebren y fomenten la expresión en todas sus formas.
