Cómo abordar las Altas Capacidades en el aula de Infantil
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De la misma forma que los niños y niñas que presentan dificultades de aprendizaje, aquellos estudiantes que poseen altas capacidades demandan atenciones especiales en el ámbito educativo para favorecer su desarrollo emocional, intelectual y social, así como para potenciar al máximo sus capacidades y asegurar su éxito educativo.
Por ello, es fundamental saber cómo identificar a estos alumnos y alumnas con altas capacidades desde la primera infancia, a través de distintos medios, como entrevistas a sus padres, observaciones en su entorno, test, cuestionarios o pruebas varias que evidencian estos rasgos, con el fin de poder ayudarles desde sus primeros años y diseñar diferentes propuestas de intervención a través de actividades que potencien sus competencias en el aula ordinaria. Todo un desafío para los docentes y para el panorama educativo en general.
Clasificación de las Altas Capacidades: perfiles
La primera intención es relacionar las altas capacidades en el aula con el concepto de inteligencia, definiendo al alumno con altas capacidades como aquel que presenta una inteligencia superior a la media; pero la inteligencia es un término polisemántico, dándose diferentes tipos de inteligencia en los que pueden destacar estos niños y niñas (lingüística, espacial, musical, espiritual, etc.).
Por tanto, se distinguen tres tipos de altas capacidades o aptitudes excepcionales: la precocidad intelectual, la superdotación y el talento, cada una de ellas da respuesta a una realidad diferente.
- Precocidad intelectual. Se da cuando el niño o la niña se desarrolla a un ritmo más veloz que el resto de sus compañeros; suele aprender a hablar antes, muestra interés por los números y las letras antes, lee y escribe antes…; podríamos decir que su evolución a nivel intelectual ocurre de forma más rápida. Suele detectarse en torno a los tres años y, a menudo, es la antesala de la superdotación, aunque no siempre ocurre así y la inteligencia de estos niños/as termina por igualarse a la del resto. Es importante revisar el diagnóstico a lo largo de los años para evaluar cómo evolucionan sus capacidades.
- Superdotación. Es un perfil complejo que supone poseer un gran potencial en tres grandes ejes: inteligencia, personalidad y creatividad. Estos niños/as combinan una elevada capacidad en todas las áreas de la inteligencia, un pensamiento innovador y grandes dotes para desempeñar proyectos creativos.
- Talento. Estamos ante un término de gran ambigüedad, pero, a grandes rasgos, podríamos decir que alguien talentoso es alguien especialista en un área concreta de conocimiento (talento deportivo, artístico, matemático, social, etc.). Estos alumnos/as presentan gran capacidad en relación a una destreza específica.
Expectativas que deben evitarse
- Dar por hecho que los niños/as superdotados/as van a sobresalir en todas las áreas de su desarrollo. Pensar que van a tener un elevado grado de autocontrol, que van a ser independientes, responsables, obedientes y maduros a nivel emocional.
- Suponer que destacarán en todas las áreas curriculares: esperar trabajos brillantes en todas las asignaturas.
- Imaginar que el alumnado de altas capacidades poseerá una gran motivación que les hará sobresalir en el aula, llevando a cabo con gran interés cualquier actividad propuesta por el maestro/a.
- Ser vistos como “personitas” que no se equivocan en nada, que todo lo saben, que pueden conseguir lo que deseen y que tienen que aprender lo que se les ponga por delante.
Indicadores básicos
- Empleo de un lenguaje amplio, complejo y con precisión en los términos utilizados.
- Comprensión elevada de ideas abstractas.
- Capacidad para formular preguntas inusuales, originales y dotadas de madurez e intencionalidad.
- Habilidad para resolver problemas.
- Capacidad de aprender con rapidez y facilidad cuando está interesado/a.
- Comportamiento creativo en la producción de ideas y aportación de soluciones.
Si se observa un número de indicadores significativo, se debe consultar a un servicio especializado.
Recomendaciones para su adaptación en el aula
- Romper con las etiquetas tipo “empollones, cerebritos”.
- Realizar una adaptación curricular eficiente; asesorarse con especialistas en el caso de que sea necesario.
- No olvidar su condición de niños. No son adultos pequeños, por lo que siempre se debe respetar su inmadurez y guiarlos como a cualquier niño, mostrando un comportamiento natural.
- Investigar sus áreas de interés, ya que desde muy pequeños suelen conocer lo que quieren.
- Adaptar los materiales y actividades para evitar el aburrimiento en el aula.
- Protegerlos de las burlas, ya que suelen presentar problemas de socialización. Una buena vía es potenciar aquellas actividades que promuevan su integración.
- Potenciar la comunicación entre familia y escuela para evitar el fracaso escolar.
- Tener como alternativa la aceleración curricular, ya sea parcial o total. Esto puede alimentar el interés natural de aprender que este alumnado suele presentar.
- Formar convenientemente al docente para que sea capaz de individualizar los casos y atender a la diversidad en el aula.