El papel del docente en el desarrollo del esquema corporal
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El desarrollo del esquema corporal es uno de los procesos fundamentales en la educación infantil, ya que sienta las bases para la conciencia del propio cuerpo, el movimiento coordinado, la orientación espacial y la identidad. En este contexto, el rol del equipo docente adquiere una relevancia crucial: no solo como guías del aprendizaje motor, sino también como personas facilitadoras de experiencias integrales que influyen directamente en el bienestar físico, emocional y cognitivo del alumnado.
En este artículo abordamos la importancia de la figura del docente en el desarrollo del esquema corporal, analizando estrategias prácticas, fundamentos teóricos y su impacto en el diseño de propuestas pedagógicas. Asimismo, exploraremos cómo esta responsabilidad forma parte de la retención y desarrollo del talento docente, aportando herramientas que enriquecen la práctica educativa y favorecen un acompañamiento respetuoso, inclusivo y eficaz.

¿Qué es el esquema corporal?
El esquema corporal es la representación mental que una persona tiene de su propio cuerpo, en reposo y en movimiento. Incluye la percepción de la posición, forma, tamaño, fuerza y coordinación de las distintas partes del cuerpo, así como su relación con el entorno y con otras personas.
¿Por qué es clave en la infancia?
Durante los primeros años de vida, niñas y niños desarrollan habilidades motoras gruesas y finas que dependen directamente de una conciencia corporal progresiva. Un esquema corporal bien asentado permite:
- Adquirir coordinación y equilibrio.
- Desarrollar lateralidad y orientación espacial.
- Mejorar la percepción y expresión emocional.
- Aumentar la autoestima y la seguridad en sí mismas/os.
El papel del docente en el desarrollo del esquema corporal

Agentes clave en la educación integral
Los/as docentes no solo enseñan contenidos académicos: también acompañan procesos vitales. En la etapa de Educación Infantil, su intervención en el desarrollo del esquema corporal es esencial, ya que gran parte del aprendizaje se produce a través del cuerpo, el juego y el movimiento.
El papel del docente en el desarrollo del esquema corporal se concreta en acciones como:
- Planificación de actividades motrices estructuradas y libres.
- Observación de las habilidades motoras y emocionales del grupo.
- Adaptación de materiales y espacios según las necesidades del alumnado.
- Establecimiento de vínculos afectivos seguros que favorezcan la exploración corporal.
Formación continua y talento docente
La capacidad de acompañar este tipo de aprendizajes exige una formación continua y actualizada en psicomotricidad, neurodesarrollo y pedagogías activas. Apostar por la retención y desarrollo del talento docente implica ofrecer recursos formativos que enriquezcan estas competencias, dotando al profesorado de herramientas efectivas y adaptadas a la diversidad del aula.
Estrategias pedagógicas para potenciar el esquema corporal desde el aula
El desarrollo del esquema corporal no ocurre de forma espontánea: requiere de una intervención pedagógica intencionada, coherente con las etapas evolutivas del alumnado y adaptada a sus características individuales. Las estrategias que implementan los/as docentes marcan la diferencia entre una experiencia educativa superficial y una que realmente transforme la manera en que niñas y niños se relacionan con su cuerpo y su entorno.
Planificación por rincones motrices
Organizar el aula en rincones temáticos permite que el desarrollo corporal se trabaje de forma integrada con otras áreas. Por ejemplo:
- Rincón de equilibrio: bloques, cojines de inestabilidad, cuerdas.
- Rincón de fuerza: pelotas, arrastres, cubos con peso regulado.
- Rincón de coordinación óculo-manual: puzzles, encajes, trasvases.
Esta distribución favorece la autonomía, el movimiento libre y la toma de decisiones, elementos clave para afianzar el esquema corporal.
Integración del juego simbólico

El juego simbólico es una herramienta poderosa para explorar el cuerpo en diferentes roles y contextos. Algunas propuestas:
- “Jugamos a ser animales”: imitar movimientos, sonidos y posturas.
- “En el hospital”: reconocimiento del cuerpo propio y del otro, cuidado del cuerpo.
- “Transformaciones mágicas”: usar capas, máscaras o telas para explorar nuevas formas y tamaños corporales.
Además de desarrollar habilidades motoras, estas dinámicas estimulan la empatía, la creatividad y la autopercepción.
Incorporación de rutinas sensoriomotoras
Las rutinas diarias, como los saludos, la asamblea, la recogida o el momento del descanso, son ocasiones ideales para trabajar el esquema corporal. Algunos ejemplos:
- Saludo corporal (chocar palmas, toques rítmicos en hombros, etc.).
- Ejercicios de respiración y estiramiento antes de dormir.
- Pequeños masajes entre compañeras/os con supervisión docente.
Incluir estos gestos y movimientos refuerza el vínculo cuerpo-emoción y favorece un clima de aula relajado y saludable.
Co-docencia con especialistas
Colaborar con especialistas en psicomotricidad, educación física o fisioterapia infantil permite diseñar intervenciones más específicas y efectivas. Esta estrategia también contribuye a la retención y desarrollo del talento docente, al promover el aprendizaje mutuo, la innovación metodológica y la mejora continua en la práctica profesional.
Inclusión y diversidad corporal en el aula: un enfoque desde el esquema corporal

Abordar el esquema corporal desde una perspectiva inclusiva implica reconocer que cada cuerpo es único, valioso y digno de ser representado, comprendido y respetado. El papel del/la docente en el desarrollo del esquema corporal también conlleva fomentar entornos donde todas las identidades corporales tengan cabida, más allá de los estándares normativos o estéticos.
La imagen corporal: construyendo autoestima desde la infancia
Desde edades tempranas, niñas y niños comienzan a formar ideas sobre su propio cuerpo. Estas percepciones están influidas por la mirada adulta, el entorno escolar y los mensajes sociales. Por ello, es esencial que los discursos y actividades del aula promuevan una imagen corporal positiva, variada y libre de estereotipos.
Algunas estrategias útiles son:
- Evitar valoraciones sobre cuerpos (ni positivas ni negativas).
- Presentar referentes corporales diversos en cuentos, imágenes y juegos.
- Utilizar lenguaje corporal positivo y no comparativo.
Adaptaciones corporales y respeto a la diferencia
La atención al alumnado con diversidad funcional o con condiciones físicas particulares debe incluir adaptaciones que les permitan participar activamente en las actividades de desarrollo corporal. Esto no significa disminuir el reto pedagógico, sino ajustarlo para que sea accesible.
El respeto por la diversidad corporal se traduce en acciones concretas como:
- Modificar circuitos motrices para quienes utilizan sillas de ruedas.
- Fomentar juegos cooperativos donde no prime la velocidad ni la fuerza.
- Valorar la expresión corporal desde múltiples formas, no solo las más «visibles».
Docentes como modelos de inclusión
La actitud del profesorado es determinante para que el aula sea un espacio de confianza corporal. Un/a docente que muestra aceptación por su propio cuerpo, emplea lenguaje respetuoso y se forma en diversidad, contribuye a la retención y desarrollo del talento docente y al bienestar integral del grupo.
Algunos hábitos que marcan la diferencia:
- No hacer comentarios sobre el aspecto físico del alumnado.
- Promover el contacto corporal respetuoso y consensuado.
- Establecer normas claras contra las burlas o el acoso por motivos corporales.
Evaluación del desarrollo corporal en el aula

¿Qué observar?
- Coordinación general y segmentaria.
- Lateralidad (diestro/a, zurdo/a, indefinido/a).
- Equilibrio, ritmo, orientación espacial.
- Capacidad de expresión y regulación emocional a través del cuerpo.
Instrumentos de evaluación
- Escalas de desarrollo motor.
- Diarios de observación.
- Entrevistas con familias y especialistas.
- Registro audiovisual de sesiones psicomotrices.
Una evaluación adecuada permite no solo detectar necesidades, sino también reconocer logros y ajustar la intervención educativa en beneficio del grupo.
El esquema corporal y su conexión con otros aprendizajes
El cuerpo es la base desde la cual se estructuran muchos otros aprendizajes. Un esquema corporal integrado:
- Mejora la lectoescritura (coordinación óculo-manual, direccionalidad).
- Favorece el aprendizaje de las matemáticas (noción de espacio, cantidad, forma).
- Facilita la socialización (respeto del espacio personal, lenguaje corporal).
Por tanto, atender al cuerpo es atender al desarrollo integral.
El/la docente en el desarrollo del esquema corporal ocupa un lugar estratégico en la construcción de aprendizajes fundamentales para la infancia. Su capacidad para observar, planificar, adaptar y acompañar desde la corporalidad es clave para el desarrollo global de niñas y niños. Apostar por su formación, reconocimiento y estabilidad es una inversión educativa imprescindible.
El cuerpo no es solo un medio de expresión: es un territorio de identidad, descubrimiento y vinculación. Y el trabajo docente, cuando se hace desde el respeto, la creatividad y la consciencia, es uno de los pilares que sostienen ese desarrollo.
