Salidas profesionales del Monitor de Ocio y Tiempo Libre

El Monitor de Ocio y Tiempo Libre es un dinamizador de grupos, un perfil profesional que desarrolla sus funciones en un contexto grupal, primero, y después, social. Dado que desempeña su labor en diferentes ámbitos de actuación, desarrollando actividades heterogéneas, se dificulta delimitar las funciones propias de esta profesión. Lo que es indudable es que esta figura está en pleno auge, considerándose uno de los trabajos con mayor demanda en la actualidad.

Funciones del Monitor de Ocio y Tiempo Libre

Aunque lo primero que se nos viene a la cabeza es la palabra entretenimiento o pedagogía del ocio, las funciones de este dinamizador van mucho más allá:

Analizar la realidad. Conocer el entorno, el grupo, en el que lleva a cabo sus acciones es fundamental para detectar posibles necesidades y actuar como un canal receptivo de demandas.
Diseñar proyectos y presupuestos.
Llevar a la práctica los recursos de diversa índole (materiales, técnicos y personales) que faciliten la consecución de los objetivos propuestos.
Planificar, organizar y supervisar las actividades didácticas.
Evaluar la programación.
Programar reuniones de coordinación, seguimiento y valoración.
Potenciar el trabajo en equipo y el consenso.
Mediar en la resolución de conflictos.
Fomentar la creatividad.
Impulsar las potencialidades y habilidades de cada uno.
Asesorar, orientar, aconsejar.
Mantener viva la motivación del equipo y estar siempre alerta.
Transmitir seguridad y una visión optimista.
Propiciar el disfrute y un clima de convivencia positiva.
Fomentar las relaciones interpersonales, ayudando a desarrollar una buena comunicación.
Dinamizar las jornadas, poniendo a disposición del grupo diferentes técnicas y recursos de animación.

Cualidades y habilidades del monitor

A simple vista puede parecer un trabajo fácil, pues se puede pensar que cualquier persona es apta para desempeñar las tareas citadas con anterioridad. Nada más lejos de la realidad, ya que existen una serie de capacidades innatas o adquiridas que resultan imprescindibles para desempeñar esta profesión con éxito y solvencia.

Habilidades sociales y comunicativas. Un buen monitor debe ser capaz de escuchar de forma activa, de expresar ideas en el contexto grupal y de transmitir de manera positiva emociones y sentimientos. Asimismo, tiene que ser capaz de recibir y afrontar las posibles críticas, así como de gestionar conflictos eficazmente. La paciencia y la comprensión son dos virtudes importantes en su labor diaria, pues trabaja con personas muy diversas.
Habilidades asociadas a la dinamización y la creatividad. Una persona capaz de motivar y animar al grupo a través de una serie de técnicas, juegos y recursos variados, siendo importantísima su capacidad de planificar e improvisar. Un buen monitor debe diseñar dinámicas innovadoras y divertidas, capaces de fomentar la participación del grupo.
Como educador, el monitor también debe aportar para un desarrollo social global, centrándose tanto en el grupo como en el individuo, a través del proceso formativo de la mejora. Además, debe poseer una gran capacidad analítica para poder evaluar de forma honesta los resultados alcanzados, lo que le permitirá obtener cambios positivos en un futuro.